El milagro está en nuestras manos

Todos deberíamos abrirnos a la acción sanadora del perdón muy unidos a Dios. Sólo podemos ser felices cuando el rencor no nos paraliza. Sólo podemos disfrutar el hoy si dejamos de amargarnos por el ayer. El perdón sincero nos llena de paz y libertad. Si quieres estar en armonía contigo mismo, con Dios y con los demás, necesitas perdonarte y perdonar de corazón. El perdón sana, libera y da vida. No puedes ser feliz si permites que la culpa te frene o el odio te consuma. No es fácil perdonarse y perdonar. Para ello necesitas decisión, proceso y práctica que son bien importantes y útiles para alcanzar cualquier meta, y particularmente necesarias para poder avanzar en el camino del perdón sincero. Sólo perdonas si decides hacerlo, si te ejercitas a diario y si aceptas procesos. Ojalá decidas perdonarte y perdonar porque el rencor y la culpa son ya el infierno en la tierra. Elige traer el cielo a tu alma ahora mismo.